viernes, 18 de septiembre de 2009

Canción del día remolón


El sendero de la luz,

marcara nuestro ritmo,

caminando,

de la mano,

de tanto,

en tanto,

dando saltos,

corriendo sueltos,

en tu propio sendero,

sean palabras de abrigo.

Alumbrándote, rayos de sol.


Cantemos esta canción,

al día remolón,

de esperanza y con inspiración.


Cantemos esta canción,

al día remolón,

porque todos los días son hoy.

S.G


1 comentario:

leandro quintero dijo...

1

tiempo fuera de mí
tiempo en que fuera real la máscara
zumbido de mosca
en esa brecha
donde canta un sol muerto
y el río desfallece
porque es aquí
siempre iluminada
la vid en los ojos
que a una y otra orilla devienen
en pequeñas zarzas
Parménides




2

de verdad maestro
he viajado tanto como esa palabra verdad
me acontece en las rodillas
por rituales donde una página
en blanco sosiega fantasmas
estaba dicho que en virtud de bosques
cargarías el morral hasta la entrada y luego
a golpes de orejas sobre cieno algo de tus hombros
mordería apenas el silencio ahora como huérfana desde la A a la Z


3

leve entre la línea de hoy y el ayer
peno por escobas voladoras
el viejo ritual que desherede
la carga del zapato
sobre mi cabeza
ha llegado la tarde
al estanque de Sémele
una dulce oscuridad se ceba en muslos
partido mi dios crepita una agonía luminosa
trae a mis manos secretos de un lugar
donde la muerte esplende
y la vida se oculta en lo callado



4


dame el tiempo de tu tiempo escondido
en alforjas
en los pasos
voy a salir al sol del mediodía
para temblar de frío
viajando bajo la luna cerrada
a cal y canto
por ventanas enmudecidas
por luces fluoradas
para sudar la noche
así es como te ofrendo
la pupila del lobo
sangre batiendo en las colinas
del lenguaje
la grieta entre asesino y presa


5


como un niño a la deriva en impulsos radiales
bajo sandalias tu espejo oculta el toro
sus ingles demudadas en tres pasos
ésta es la fuerza convertida en cenizas
corazón mordido por montañas
Atenea entregará tus restos hurtados a las moscas
de hombre o mujer
nacerá tu nuevo ojo
la sutil pestaña de tu carne
incrustada en nosotros
devenida senda



6

para despertarte Zagreo en ejercicio de tus manos es que voy despierta
cumbres de un nuevo día que se muere en la boca
oculta de mí mas que de nadie
en todos presente por ausencia
vacila el vocablo cuando el vino cae
a espalda de abismos su ternura
marca uñas en los árboles
para anidar locura de aguas
caminaré despacio el miedo

©Lilián Cámera