jueves, 9 de julio de 2009

Rezo


Cuando la bruma nuble las palabras,
y los remolinos de hojas dialogen con el viento.
Te invito a que tu nombre desconozcas,
para que pueda unir nuestras manos,
mirando con nuestros ojos al cielo,
sintiendo con nuestras rodillas el suelo .

Para dejar hablar la lengua de los árboles,
seamos por hoy analfabetos.

Porque mientras mi corazón arda lento,
llama constante, abrigo de invierno;
no habra pies entumecidos, ni manos heladas.

Este corazón que para el verano será cenizas.
Podrá al fin ser libre.
Será de la tierra.
Será del agua.
Será del aire.
Cuando en el fuego quemarse.
De sus heridas curarse.

Regalo eterno de este silencio.

S.G

1 comentario:

Ignacio dijo...

Amen (sin acento)