martes, 1 de diciembre de 2009

I

No conozco lugares sin horizonte, pero a veces el cielo se une con el mar. Porque no encuentro razón por la cual la luz parece no atravesarme y si me siento no peso, pero si frío.

II

Tengo un ojo alerta y el otro distraído, por si elegís venir. Pero los árboles tienen años en líneas y yo las líneas que escribo. Por eso que nadie ve que soy anciana y todo anciano un niño.


S.G

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