Había días en los que no podía respirar
porque sabía que donde estuviera la seguiría
y no habría casa donde esconderse.
Porque esos brazos que solían esperarla llegar
Y el tiempo tirano que no mira a quienes deja atrás,
no evitaron aquellas noches en las que acompañada no pudo
en el que la espera confiar
y no sintió nada nuevo,
y aún así sabe que algo huele mal
y aún confía en los sueños, que el tiempo dejó atrás.