lunes, 27 de julio de 2009

Estoy sentada en medio de la soledad del bosque...

Al aparecer la luz de aquel navío de un mundo ajeno,
ciega intente correr para refugiarme en tus bosques.
Tenia el pelo largo, pies de escarcha,
de piel erizada mi camisón y mi bombacha de niebla.
Creía que recolectaba mi cosecha,
mientras mi instinto me rogaba que huyera,
ante aquel felino sigiloso que aun hoy me asecha.
Solo encontré cara a cara su mirar.
Busque posarme en sus ojos, acariciar su pelo.
Cuando el frío del alba me perdió dormida, desprevenida.
Despertar sobre su melena no fue su único regalo.
Mis ojos se abrieron de olvido de huidas.
Hace días que no corro por otros bosques.
S.G


Estoy sentada en medio de la soledad del bosque. Los nogales con qué precisión acomodan sus frutos exquisitos dentro de las bolsitas de madera. Se oye el breve alarido de las martas que buscan amores. En la casa todos descansan y parece que no hay nadie. Sólo yo, como siempre, no puedo dormir; ando con la pequeña lámpara de librium; pero, igual no puedo dormir.
De pronto, se retrae el trabajo de los robles y el amor de las martas.
Es que cruza un navío de otros mundos con su luz conmovedora.
No sé por qué, me da miedo, e intento huír.
Pero, la nave astral ha hecho crecer nuevas cosas.
Y un duro cantero de azucenas me detiene.

Marosa Di Giorgio

jueves, 23 de julio de 2009

On edges

Para Seymour,

¿Alguna vez te preguntaste hacia donde estuviste llevando todos tus días? Si al amanecer la fría gota de rocío te hace abrir los ojos y te hiela el alma dejando tus lagrimas congeladas en aquel instante, en el que la muerte se asomo a tu ventana. Sin poder ver siquiera que llego y se fue. ¿Cuántas días mas vas a jugar a ser inmortal? Al filo de la navaja se te borran los días, y las palabras no existen para quien no tiene cuerpo. Por eso siempre ten presente a Nietzche:

“Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.”

La vida es un boomerang y siempre vuelve acelerado, que no sea que un día al amanecer en el espejo en vez de tu rostro encuentres…



When the ice starts to shiver
all across the reflecting basin
or water-lily leaves
dissect a simple surface
the word "drowning" flows through me.
You built a glassy floor
that held me
as I leaned to fish for old
hooks and toothed tin cans,
stems lashing out like ties of
silk dressing-gowns
archangels of lake-light
gripped in mud.

Now you hand me a torn letter.
On my knees, in the ashes, I could never
fit these ripped up flakes together.
In the taxi I am still piecing
what syllables I can
translating at top speed like a thinking machine
that types out "useless" as "monster"
and "history" as "lampshades"
Crossing the bridge I need all my nerve
to trust the man-made cables.

The blades on that machine
could cut you to ribbons
but its function is humane.
Is this all I can say for this
delicate books, scythe-curved intentions
you and I handle? I´d rather
taste blood, yours or mine, flowing
from a sudden slash, than cut all day
with blunt scissors on dotted lines
like the teacher told.


1968 from leaflets

Adrienne Rich

miércoles, 22 de julio de 2009


The beauty of the world which is so soon to perish,
has two edges,
one of laughter,
one of anguish,
cutting the heart asunder.
Virginia Woolf


lunes, 20 de julio de 2009

y si siento que...

Let me sit in a flowerpot,
The spiders won't notice.
My heart is a stopped geranium.
Sylvia Plath

jueves, 9 de julio de 2009

Rezo


Cuando la bruma nuble las palabras,
y los remolinos de hojas dialogen con el viento.
Te invito a que tu nombre desconozcas,
para que pueda unir nuestras manos,
mirando con nuestros ojos al cielo,
sintiendo con nuestras rodillas el suelo .

Para dejar hablar la lengua de los árboles,
seamos por hoy analfabetos.

Porque mientras mi corazón arda lento,
llama constante, abrigo de invierno;
no habra pies entumecidos, ni manos heladas.

Este corazón que para el verano será cenizas.
Podrá al fin ser libre.
Será de la tierra.
Será del agua.
Será del aire.
Cuando en el fuego quemarse.
De sus heridas curarse.

Regalo eterno de este silencio.

S.G